“Creando Oportunidades: Buenas prácticas para asegurar la participación plena e igualitaria de las mujeres en la toma de decisión”

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Las medidas adoptadas en Cuba desde 1959 para alcanzar paridad en la toma de decisiones, se configuraron como un programa de desarrollo integral para incorporar a las mujeres a la sociedad en igualdad de condiciones que los hombres. Este programa se ha caracterizado por:
1. Expresar la voluntad política del Estado
2. Su permanente experimentación y análisis crítico para adaptarse a los cambios de Cuba y del mundo.
3. Su carácter complejo y dinámico.
4. Abarcar todos los ámbitos de la vida.
5. Ser resultado de la voluntad participativa de las mujeres en el proceso de transformación social y el reconocimiento de sus derechos como ciudadanas.
6. Y el liderazgo de la Federación de Mujeres Cubanas (organización de la sociedad civil), como espacio propio de participación social donde expresamos nuestras inquietudes y defendemos nuestros derechos.

El proceso de toma de decisiones de las mujeres cubanas se ha materializado en dos planos: el institucional-formal y el de la cotidianeidad.

• Las mujeres cubanas constituyen el 39% de la fuerza laboral del país y está garantizada su incorporación al empleo en igualdad de condiciones respecto a los hombres, incluida la igualdad salarial desde 1959.

• Ya desde 1978 las mujeres somos más de la mitad del total de profesionales y técnicos del país. Y desde 1993 somos las dos terceras partes, el 61% de la fuerza calificada.

Existe un marco legal y mecanismos que responden a una política de igualdad, sin discriminación ni exclusión, entre ellas:
• La Constitución de la República,
• El Código de Familia,
• El Código de Trabajo,
• La ley de Maternidad (que garantiza la Licencia de Maternidad desde 1974.
• La Ley de Seguridad y Asistencia social.
• Acceso universal y gratuito a la educación y la salud, y un marco normativo para el funcionamiento de las instituciones que regulan el cumplimiento de las leyes.
• Además, la Federación de Mujeres Cubanas es reconocida como el mecanismo nacional referente para la promoción del adelanto de la mujer.

Se destaca: Una política social que prioriza la salud y educación como derecho humano y constitucional.

• Un Programa de salud reproductiva y Planificación Familiar establecido desde 1964,
• y después la institucionalización del aborto en 1965 como un servicio gratuito y seguro del sistema nacional de salud, basado en el respeto al derecho humano de la mujer a decidir sobre su cuerpo.
• Se desarrollan programas de atención a la salud de las mujeres, en los diferentes momentos de su maternidad, que han garantizado la disminución progresiva de la mortalidad infantil hasta 4.2 por cada mil nacidos vivos y de mortalidad materna hasta 20,7 en 2014.
• El 99,9% de los partos son atendidos en instituciones especializadas y por personal calificado.
• Desde la Campaña de Alfabetización de 1961 comenzó el proceso de feminización de la educación expresado en un 67,8% de las personas graduadas universitarias
• Y El índice de paridad de género en la enseñanza superior, que es de 1,7 a favor de las mujeres.
• Desde 1975 la educación de la sexualidad es política del Estado Cubano. El Programa Nacional de Educación y Salud Sexual promueve cambios culturales desde un paradigma emancipatorio y ha demostrado ser un poderoso recurso para el cambio que anhelamos.

Otro elemento del alto grado de igualdad formal logrado en Cuba se expresa en el acceso a los cargos de dirección:
• Las mujeres ocupan el 48,86 % de los escaños del Parlamento: entre un segundo y tercer lugar a nivel mundial.
• También, son presidentas de gobierno en 10 de las 15 provincias del país.
• Y el 43,47% de las integrantes del Consejo de Estado, son mujeres.

Estos avances no significan que toda la sociedad y en particular las mujeres hayan desarrollado suficiente conciencia de género. Todavía la cultura de dirección continúa siendo patriarcal. Por ejemplo, durante 25 años solo el 34 % de los cargos de dirección en el empleo han sido ocupados por mujeres. La doble jornada laboral sigue limitando su acceso a cargos de dirección.

En el plano de la cotidianeidad, la sociedad cubana ha logrado desmentir tres mitos patriarcales:
• Que el hombre es el proveedor exclusivo de los ingresos al hogar;
• Que los hombres saben más que las mujeres
• y que los hombres son los que toman las decisiones dentro de la familia.

Sin dudas, el poder patriarcal en Cuba ha sufrido un proceso de erosión y debilitamiento, pero se resiste. Todavía persisten arquetipos de género que se expresan en la distribución inequitativa de las tareas en el hogar.
Las políticas para garantizar el avance de la mujer forman parte del Programa de Desarrollo Social y según las estadísticas nacionales se puede afirmar que existe un alto grado de igualdad formal, en tanto que las mujeres cuentan con iguales derechos y oportunidades que los hombres. No obstante, para alcanzar una plena cultura de igualdad de género en la práctica, debemos visibilizar y reducir las brechas que son menos evidentes en las estadísticas porque no somos números, somos personas con historias, sufrimientos y anhelos de justicia social.
Muchas gracias.

Centro Nacional de Educación Sexual

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