La homofobia afecta la salud de mujeres lesbianas y trans

La Habana, diciembre (SEMlac).- Olimpia Díaz Borges respira profundo. Contar su historia le hace recordar momentos que le hicieron pensar en la muerte. Más de dos años de acoso homofóbico dieron como consecuencia un accidente cerebro vascular del que aún se recupera.

Los resultados de trabajo y la experiencia demostrada durante décadas fueron insuficientes para que esta economista de profesión conservara su puesto de directiva en la Empresa Provincial de Correos de Cuba de Cienfuegos, ciudad a 280 kilómetros al suroeste de la capital.

Asumir su orientación homosexual expuso a Borges y a su compañera al acoso laboral, violencia que terminó por resquebrajar la salud de ambas.

Historias como la de Olimpia reflejan los altos costos que cobra la discriminación a la salud mental y física de las mujeres homosexuales y transgénero en esta isla del Caribe.

«Las mujeres lesbianas pueden enfermarse por no tener un trabajo digno y en consecuencia carecer de la economía que les permita comer, vestirse y calzarse dignamente», reflexiona Teresa Fernández, coordinadora del grupo Oremi que reúne a mujeres lesbianas y bisexuales en La Habana.

«Pueden enfermarse, efectivamente, porque no se les reconoce su derecho a una vida en pareja», agrega la también coordinadora de la red de mujeres lesbianas y bisexuales asociadas al gubernamental Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).

Además de demandar acciones legales, activistas como Fernández destacan la importancia de fortalecer la autoestima, superar los miedos, asumir el control de la vida propia e incidir en el cambio social.

Una veintena de mujeres debatieron sobre estos temas durante el taller «Salud sexual y liderazgo femenino», celebrado en la capital cubana del 9 al 13 de diciembre.

En el encuentro, organizado por el Cenesex, se reunieron representantes de grupos de mujeres lesbianas y de la Red TransCuba de las provincias Santiago de Cuba, Granma, Ciego de Ávila, Santi Spíritus, La Habana y Matanzas.

Durante las sesiones del taller, la psiquiatra Ada Caridad Alfonso señalo que la homofobia es uno de los determinantes sociales que más afecta la salud de las mujeres lesbianas y transexuales en el país.

La discriminación laboral y la no aceptación de la familia son expresiones de la homofobia que limitan sistemáticamente los derechos sexuales y humanos de las mujeres lesbianas y trans, alertó la experta.

Frente a esta realidad, activistas cubanas apuestan por fortalecer la incidencia pública de los grupos de mujeres que forman parte de las redes sociales del Cenesex.

En 2002 surgieron Las Isabelas, en la oriental provincia de Santiago de Cuba. Desde entonces hasta la fecha se han creado seis nuevos grupos de mujeres lesbianas y bisexuales.

En tanto, la red nacional TransCuba cuenta con más una década de existencia y un voluntariado que supera las 600 personas.

Según las participantes en el taller, saber cómo, cuándo y en qué espacio defender los derechos propios puede evitar afecciones de salud y contribuye a vivir la sexualidad de manera plena.

Superar las divisiones entre los grupos de mujeres también son estrategias a tener en cuenta. Para Yorsi, trans oriunda de la central provincia de Ciego de Ávila, la concepción inclusiva del encuentro resultó vital, pues el intercambio con el resto de las compañeras le ha permitido reconocer que todas luchan por una misma causa.

«Al final, todas somos mujeres y sufrimos la misma discriminación, quizá con matices diferentes pero nacidas de la misma raíz», declaró la joven de 22 años a SEMlac.

Centro Nacional de Educación Sexual

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