Caras ocultas de la luna

descargaPOR: FRANK PADRÓN

(Propuesta para Cine Club Diferente del martes 20 de enero en el Cine La Rampa, 8:30 pm)

Dirigido por el mexicano Sergio Tovar Velarde, Cuatro lunas –uno de los éxitos del pasado festival latinoamericano- aborda otras tantas historias relacionadas con el tema del homoerotismo masculino: desde la más temprana edad hasta eso dado en llamar “adulto mayor”, los personajes que las protagonizan son enlazados no solo por el común sentimiento de sentirse atraídos por los de su propio sexo, sino porque en todos los casos entregan más de lo que reciben: desde el niño víctima de la violencia de un primo deseado hasta el anciano seducido y mal correspondido por un prostituto hetero en una sauna, pasando por esas parejas jóvenes a las que afecta la desigualdad de sentimientos o la no asunción definitiva, en todos también mediatiza la presencia de la mujer (madre o esposa) en tanto ser comprensivo y amoroso aun sin que se hable directamente del “tema”.
Siendo rigurosos, lo mejor del filme se localiza en sus extremos: las historias ubicadas en la infancia y la vejez se antojan mucho más redondas y sólidas en lo dramatúrgico y lo caracterológico; Tovar Velerde focaliza la inocencia y la madurez como etapas donde el sentimiento aparece arraigado e irrumpe con fuerza creciente aunque sea por razones diferentes: el niño no puede esconderlo más, al anciano no le basta una vida familiar y profesional realizada –es un profesor y poeta que será objeto de una condecoración- pues lo que esconde le quema y le obstaculiza el sueño, y si el primero tendrá que luchar a partir de ahora con burlas, prejuicios y abusos, el segundo recibe un premio aun más importante que el que le otorga la institución: un gesto de amistad sincera; también en este episodio final se reivindica un tanto la figura del prostituto, quien pese a abrazar coyunturalmente ese oficio por cuestiones económicas, es capaz de evolucionar humanamente.
Los casos en torno a los jóvenes no gozan de la misma entereza: el de la pareja desigual en cuanto a sus necesidades y afectos, a punto por tanto de separarse, pulsa interesantes aspectos relacionados con la dependencia, el exceso de amor que deviene falta de autoestima y servilismo, la ausencia de verdadera complementaridad sexual como inevitable condena al fracaso, pero la historia está recreada con un regusto melodramático que le resta alcance; la otra, con esos amigos convertidos en amantes, uno de los cuales da al traste con la relación por no atreverse a asumirse públicamente, es algo predecible y endeble en su armadura dramática.
De cualquier manera, estas Cuatro lunas pasan por todas sus faces y nos entregan una obra motivadora, bien hilvanada y combinada gracias a una eficaz edición, y notablemente actuada por la mayoría del reparto (Alonso Echánove, Juan Manuel Bernal, Mónica Dionne…), de modo que será un buen pretexto para reflexionar sobre temas que a todos nos tocan, más allá de nuestra identidad erótica.

Centro Nacional de Educación Sexual

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